Una de las familias de las leguminosas que más se disfrutan en la mesa son los guisantes. Este delicioso plato es rico en proteínas de origen no animal, por lo que constituye una excelente fuente de alimentación proteica para deportistas, niños en crecimientos y personas con decaimiento, porque otra de sus propiedades es que son ricos en hierro.
Este tipo de frijoles son conocidos también por otros nombres, quizá hayas escuchado nombrarlos también como:
- Alverja.
- Arveja.
- Chícharo.
- O simplemente como frijoles verdes
Teniendo esto en cuenta, puedes saber que tenerlos en casa es más fácil de lo que crees.
Plantación óptima de los guisantes
Si nos atenemos a cuándo es el mejor momento ten en cuenta que debes:
- Plantar en otoño: En esta época del año es cuando el calor se hace menos intenso y empiezan a aparecer las lluvias, por lo que es perfecto para que empieces a llevar a cabo tu cultivo. En este sentido, debes saber que los meses indicados son octubre, noviembre y diciembre, pero lo mejor es que siembres en octubre.
- Calcular la recolección: Teniendo presente que esperas comer cuanto antes de tu propio sembrado, debes apuntar el hecho de que en unas 12, máximo 14 semanas, puedes hacer la primera recolección, es decir que, si cultivas en octubre, a finales de diciembre podrás disfrutar de tu plato esperado.
Cómo debes establecer tu sembradío casero
- Primero en recipientes: Por tratarse de jardinería casera, se recomienda que se haga primero en recipientes de plástico reusables o de vidrio. De esta manera las semillas nacen en un ambiente más controlado, pues puedes cambiarlas de lugar para que el sol les ayude en el nacimiento a cualquier hora del día.
- Trasplanta: Este punto es más importante de lo que puedes imaginar. Un brote de cualquier vegetal necesita su propio espacio, y mientras más a gusto se sienta mejor será su proceso de crecimiento, por lo que conforme veas que sus hojas aumentan de tamaño y que en general crece debes moverla a una zona más amplia, a un envase más grande o directamente a tierra.
- En tierra: Cuando ya sea el momento indicado para que ubiques tus retoños en la tierra, debes procurar que esta esté lo más humedecida posible. En este sentido puedes humedecer la zona unas horas antes de llevar a cabo el trasplante. Para hacerlo debes mantener al menos un poco de la tierra en la que se encontraba previamente, para que sienta una especia de identificación natural en su nuevo ambiente.
Cuidados especiales con las matas de guisantes
Para que garantices que tu pequeño cultivo esté lo más sano posible, toma nota de lo siguiente:
- Cuando llegue el momento de recolectar las primeras vainas que contienen las pequeñas semillas debes retirar primero las más cercanas al tallo, específicamente las más bajas.
- Antes de llevar a cabo el proceso de la siembra puedes usar un abono que contenga bajos niveles de nitrógeno, ya que este tipo de leguminosas hacen este trabajo por sí solas, al fijar el nitrógeno que se encuentre en el ambiente en donde estén.
- Debes saber que en este caso existen dos tipos de plantas: las altas y las bajas. Las altas debes ayudarlas a crecer ubicando elementos en los que la misma pueda agarrarse, pero la recomendación en este caso es que uses las que son conocidas como bajas, pues necesitan menos espacio.
- El riego que se aconseja en este caso es el que se hace en un solo momento del día pero que sea abundante y no el tipo del que es constante a lo largo del día, pero en pequeñas cantidades.
- Un suelo con un buen drenaje debe ser obligado si quieres que te dé frutos saludables y en buen estado.
- Si la etapa del invierno aparece y deseas proteger tus matas de los embates del frío intenso, puedes hacer uso de recipientes de plástico previamente cortados según la altura del arbusto para cubrirlos por completo.
Enfermedades y plagas de cuidado
Si de plagas se trata, ten en cuenta que incluso los pájaros y los roedores deben ser de cuidado, así como también el temido caracol. En este sentido lo mejor que puedes hacer es proteger la zona con ayuda de una malla. Otras plagas comunes son:
- El gusano del guisante: este pequeño enemigo es capaz de hacer pequeñas excavaciones dentro de las vainas y afectar directamente el fruto, por lo que cuidarse del mismo no está de más. Para ello basta con que uses algún insecticida de bajo impacto y en pocas cantidades, pues lo que quieres en este caso es tener un alimento 100 por ciento natural.
- Los pulgones: Este microorganismo puede ser nocivo no solo para uno de tus pequeños brotes sino también para todo el cultivo. Por eso debes actuar ante este manteniendo las plantas libres de sus primeros ataques con ayuda de jabón potásico. Limpiarlas cada día es imperativo para salvar toda la siembra.
En cuanto a las enfermedades que pueden aparecer en este tipo de huertos puedes apuntar:
- La atracnosis: Este mal provoca que aparezcan manchas de colores similares al amarillo en las hojas, que también pueden aparecer en las vainas, por lo que se afecta todo el sistema.
- Los virus: Estos pueden provocar incluso la muerte de la mata. Por si fuera poco, pueden sobrevivir en el suelo, y afectarían otros posibles sembradíos que lleves a cabo en la misma zona.
Ante estos ataques lo mejor es consultar en las ventas de insecticidas agrícolas para evitar situaciones qué lamentar.
Recomendaciones y consejos finales
Por último, y para cerrar este tema de los frijoles verdes cultivados en casa, anota unos sencillos consejos generales, para que tu cultivo se desarrolle de la mejor manera posible:
- Riega tu espacio verde todos los días, preferiblemente en la mañana a primera hora.
- Evita regar en la noche, ya que es posible que estés propiciando la aparición de hongos en las hojas.
- Presta especial atención a cambios en el aspecto de tallos, nuevos brotes e incluso del suelo, pues pueden darte información sobre posibles agentes nocivos.
- Elimina cualquier maleza que nazca de manera repentina, ya que pueden absorber nutrientes esenciales del suelo que comparten.