También conocida como Cardillo, caldete, cardillo fino, cardillo de comer, cardillo blanco, cardillas, cardo de olla o por su nombre científico “Scolymus hispanicus” Es una planta herbácea anual perteneciente a la familia de las Compuestas o Asteráceas.
Su origen abarca extensas distribuciones geográficas tales como la región mediterránea, todo el continente de américa y parte de Australia. A pesar de esto, hoy en día se ha visto tan reducido que se cree que podría llegar a extinguir. Sin embargo, se puede conseguir en algunos supermercados.
Puede crecer de dos formas: La primera, verticalmente; donde se empieza a ramificar desde su base alcanzando una altura que va desde un metro hasta dos metros y medio aproximadamente. La segunda, más llamativa; horizontalmente (Es decir que crece rastrera) Se caracteriza por tener una forma similar a la de un espiral (o estrellada) cuando se le mira desde arriba.
A pesar de ser comestible (conocida como verdura silvestre) no ha logrado una mayor popularidad. Sin embargo, de ella se originan numerosas recetas deliciosas principalmente en guisos, ensaladas, tortillas e incluso en recetas campesinas como los revueltos. Cabe destacar que animales como los conejos también suelen alimentarse de ella.
Además, posee nutrientes que aportan beneficios la salud y que han sido utilizados como remedios naturales diuréticos (personas que sufren de insuficiencia renal), para lo cual se utilizan sus raíces hervidas.
Posee unas hermosas y vistosas flores espinadas color amarillo, tallos y sistema radicular cubierto por una capa fina de vellosidad y hojas espinosas.
Plantación
Anteriormente su cultivo se realizaba principalmente en el campo. Sin embargo, muchas personas quedan atrapadas por el maravilloso sabor que le da a sus comidas; y como no son tan sencillas de conseguir, optan por tener su propio cultivo en el jardín, que además servirá como planta decorativa gracias a la hermosura de sus flores.
El mejor momento hacerlo es a fines de invierno.
Para su plantación se puede utilizar sus semillas, las cuales incluso aun después de haberlas retirado de la planta tendrán la capacidad de germinar (por un tiempo determinado). A pesar de esto, se recomienda comprarla ya cultivada directamente en un vivero cercano. Donde habrá más probabilidades de que de buenos frutos, además de que es mucho más rápido y sencillo.
Si se desea reproducir mediante las semillas; lo más recomendable es hacerlo en surcos. Los surcos, son “hileras” que se extienden a lo largo formando algo similar a unos caminos en los cuales se planta la semilla. Estos caminos deben distanciarse entre sí a aproximadamente 30 -40 cm.
No te preocupes si tu jardín no es muy grande. Esta planta no necesita mucho espacio y menos si solo deseas unas pocas. Puede crecer perfectamente sin realizar los surcos; esto es solo una técnica. Sin embargo, debes procurar dejar una distancia de mínimo 30 cm entre planta y planta sin importar cómo y dónde la siembres.
Antes de realizar la plantación, es importante preparar el terreno. Para esto se debe mezclar con abono orgánico o compost y ararlo o limpiarlo de las malas hierbas.
Cuidados de las tagarninas
No importa si la has comprado o si has germinado su semilla por tu propia cuenta. Lo importante ahora, es que conozcas las condiciones ambientales que esta planta necesita para poder desarrollarse exitosamente.
A continuación te mostraremos los cuidados principales que debes darle para su cultivo en tu jardín o en cualquier otro lugar.
Clima: Lo ideal es plantarla en lugares cálidos, aunque de alguna manera podría tolerar temperaturas extremas como frío o sequía por un tiempo no demasiado largo.
Un ambiente adecuado a ella le brindará un crecimiento bastante rápido por lo cual la cosecha de sus hojas no os hará esperar mucho.
Recolección: Una vez la planta haya crecido lo suficiente será el momento de recolectar. Para esto, se debe cortar utilizando una tijera de jardín y posteriormente eliminar las hojas una por una (se puede hacer con las manos); quedando solamente los tallos (mejor conocido como penca) verdes y alargados.
Para los usos culinarios éstos se deben lavar y posteriormente cortar a la longitud que cada receta requiera (generalmente a tres cm)
Riego: Se debe hidratar la planta moderadamente pero no con frecuencia excesiva. Es muy resistente, pero si hay algo que la puede perjudicar es el encharcamiento.
Si se está en tiempos lluviosos, se deberá detener el riego hasta que pase el tiempo y se empiece a secar. Y si la planta recibe mucho sol directo, se deberá hidratar con un poco más de frecuencia de lo que se hace regularmente.
Suelo: No será necesario abonar el suelo regularmente; a menos que este carezca de nutrientes. Lo ideal para nuestra planta es un suelo ligeramente seco con un excelente drenaje, fértil y fresco.
Poda: No requiere una poda verdadera. Lo importante es procurar que esté limpio y libre de malas hierbas que puedan impedir su desarrollo; principalmente durante el primer año donde se encuentra más propenso debido al extenso espacio de terreno que todavía no se encuentra en uso (por la misma planta).
Plagas y enfermedades
Plagas como los Caracoles y las Babosas, que suelen atacar en temporadas como la primavera y el otoño principalmente cuando hay humedad. Estos pequeños animales se alimentan de las hojas de la planta, por lo cual su identificación no será difícil. Solo es importante revisarla constantemente.
Una manera fácil de deshacerte de ellos es enterrando un pote con cerveza cerca de la planta. Éste debe estar lleno hasta la mitad de manera que, al sentirse atraídas hacia su olor, las babosas y los caracoles caigan. También puedes meter lechuga o naranja dentro de una bolsa para recolectarlas y posteriormente trasladarlas a un sitio donde no sean perjudiciales.
Enfermedades como el Oídio, que es causada por un hongo parásito. Se puede identificar cuando en las hojas aparece una especie de polvillo blanco. Sin embargo, en este tipo de plantas no es muy frecuente
Consejos y recomendaciones
Al momento de su recolección se debe utilizar guantes para proteger las manos de las espinas del tallo y de las hojas.
Ese tipo de planas no se suele cultivar en macetas.
Se aconseja abonar el terreno después de cada cosecha para regenerarlo y llenarlo de nuevos nutrientes.
Vigila el progreso de tu planta principalmente en tiempos lluviosos.